Un hombre ha sufrido un infarto en Alicante por el estrés de tener su vivienda ocupada desde hace más de dos años por inmigrantes marroquíes.
La familia, que ha librado una batalla judicial larga y desesperante, asegura haber obtenido hasta tres sentencias favorables para recuperar su casa. Sin embargo, el proceso de desalojo fue suspendido en el último momento después de que los ocupantes fueran declarados «vulnerables» bajo la actual legislación impuesta por el Gobierno de Sánchez.
La hija del afectado explica que su padre comenzó a sufrir graves episodios de ansiedad tras ver cómo se retrasaban una y otra vez los procedimientos judiciales. «Una semana antes del infarto ya nos decía que esta situación lo iba a llevar a la tumba», ha relatado visiblemente emocionada en televisión.
El hombre sobrevivió de milagro, aunque poco después sufrió un segundo episodio de salud grave al regresar del hospital. «Estaba entre la vida y la muerte, pero gracias a Dios se salvó», ha añadido su hija.
La familia denuncia que la ley actual ha dejado indefensos a muchos propietarios que, pese a contar con resoluciones judiciales firmes, ven cómo los desalojos se suspenden cuando los ocupantes alegan vulnerabilidad económica o social.
«Nos sentimos impotentes. Pensábamos que por fin íbamos a recuperar nuestra casa, pero todo se paralizó otra vez. Ahora tenemos que pagarles hasta la tasa de basuras», lamenta la familia, que asegura estar al borde del colapso emocional y económico.

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